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El coronavirus, una amenaza real para los feriantes

Atracciones en una feria antes de la pandemia del coronavirus / PIXABAY

El coronavirus, una amenaza real para los feriantes

 

La celebración de miles de fiestas populares ha quedado en ‘stand-by’ por la emergencia sanitaria

Se cancelaron las Fallas, la Feria de Abril y los Sanfermines. Tampoco habrá San Isidro en Madrid, la romería más antigua de España. Y, ahora, numerosos municipios catalanes, como Terrassa y Gavà, han anulado o aplazado sine die sus fiestas mayores, programadas para este verano, por la crisis sanitaria del coronavirus. Las de Gràcia, las de Sant Roc –las más antiguas de Barcelona–, y la Mercè penden de un hilo. La incertidumbre ante la desescalada fuerza a los consistorios a mantener en stand-by celebraciones ya planificadas, y uno de los colectivos más afectados es el de los feriantes.

Niños en una atracción de feria / PIXABAY
Niños en una atracción de feria

Su temporada, que abarca por lo general de abril a octubre, ha quedado paralizada y, con ello, su fuente de ingresos. Así lo explica Marcos Orús, presidente del Gremio Industrial de Feriantes de Barcelona. No saben cuándo podrán volver a trabajar, y tampoco en qué condiciones. Muchos de ellos autónomos de régimen especial (RETA), ni si quiera estaban dados de alta cuando se decretó el estado de alarma durante el parón de su actividad –que aprovechan para el mantenimiento de las atracciones–, por lo que tampoco pueden acceder a la prestación de 660 euros por cese de actividad que ofrece el Gobierno.

Sin ingresos ni ayudas

Según los datos que estiman los propios feriantes, esta situación afecta a cerca de 800 familias –unas 5.000 personas– en Cataluña que se dedican al sector de las atracciones; unas 30.000 en el conjunto del país. Un trabajo en su mayoría estacional. “Hemos calculado que el 70% no se ha podido acoger a ninguna ayuda”, cuenta Fernando Piqueras, presidente de la Asociación de Feriantes de la Comunidad de Madrid (ACUFAM). Y es que la pandemia les ha cogido en el peor momento, sin poder facturar desde el pasado octubre y con la negra perspectiva de centenares de festejos anulados. “Muchas familias ya han pedido ayuda a Cáritas y Cruz Roja. No tienen nada, estás indefensos. Venimos de seis meses parados”, lamenta.
Ha sido la crisis sanitaria la que ha llevado a los feriantes a unirse bajo una asociación a nivel nacional, bajo la que han pedido, a través de un manifiesto, líneas de crédito para el sector, aplazar durante 12 meses el pagos de impuestos, así como prorrogar la validez de los certificados de ITV durante un año, y la devolución íntegra de las tasas de las ferias suspendidas, entre otras medidas. “No vemos fecha al final de la crisis, al menos hasta que haya una vacuna contra el Covid-19”, apunta Piqueras.

Un tiovivo vacío / PIXABAY
Un tiovivo vacío / PIXABAY

Sobrevivir al parón

En el horizonte, ninguna certeza. El colectivo es consciente de que el sector del ocio, del que forman parte junto a cines, teatros y parques de atracciones, será el último en poder retomar su actividad. En estos momentos, Orús solo cuenta con la ayuda mensual del Gobierno. “Ingresos cero. En mi caso somos una familia de cuatro personas con 660 euros al mes. El resto, piden ayuda a los suyos y tiran de donde pueden. Es muy complicado”, señala. Piqueras pidió un préstamo en febrero para la reparación y mantenimiento de sus atracciones​ durante el parón de la actividad. Aunque ahora, que no sabe cuando podrá retomarla, tiene que seguir haciendo frente a las cuotas sin facturar.
En cuanto a retomar la actividad, estudian posibles medidas de seguridad. Desde acotar el aforo de los recintos feriales, a la instalación de dispensadores de gel hidroalcohólico, y utilización de guantes y mascarillas. “Haremos lo necesario para asegurar la seguridad en nuestras atracciones”, apunta Orús. Para ello piden a las administraciones que cuenten con ellos en sus planes de desescalada​ porque la supervivencia de hasta 30.000 familias depende de ello. “Nuestra intención es trabajar pero, si no podemos, nos tienen que ayudar, porque un año y medio sin facturar no hay persona que lo aguante”, advierte Piqueras.

Retomar la actividad

El presidente del gremio en Barcelona se muestra esperanzado y no descarta que a mediados de julio se pueda retomar la celebración de verbenas y ferias. “Habríamos perdido tres meses, pero si podemos trabajar durante otros cuatro, aunque no salvemos la temporada, si podríamos llegar a hacer un rinconcito para aguantar, ya que entre abril y octubre tenemos que ahorrar para pasar el invierno”, apunta.

Una familia se divierte en los autos de choque / PIXABAY
Una familia se divierte en los autos de choque

 
Este verano los autos de choque, la noria y el tiovivo, tendrán que esperar. “Estamos a la espera a ver cómo avanzan los acontecimientos”, señala Orús. Y es que este feriante, de cuarta generación, no se plantea cambiar de oficio. “Somos un colectivo muy amplío pero la mayoría de tradición arraigada. La idea es volver a nuestro trabajo cuando se pueda. Estar en la feria y dar alegría a los críos, a la juventud, que es a lo que nos dedicamos”, concluye.