El martillo de Thor destroza la catedral de la Pólvora

Alpujarreña ofrece un disparo espectacular con un marcado final al aire más un efecto de

El que avisa no es traidor. La mascletà de hoy domingo 3 de marzo de 2019 de las Fallas de Valencia 2019 ha marcado a la perfección el que vendría a ser el gusto de los amantes de la pólvora por esa forma de disparar una mascletà en la que se conjugan el saborear la parte inicial, disfrutar con un terremoto final largo y progresivo y encumbrarse con un apoteosis aéreo que ensordece a cualquiera. Pirotecnia Alpujarreña ha presentado sobre la plaza del Ayuntamiento un disparo conforme lo había anunciado, con juego rítmico al principio y el temido Martillo de Thor al final.
El golpe asestado por la empresa granadina ha sido descomunal y ha servido para valorar el final aéreo que había presentado Alpujarreña. No tenía fin, no cesaban de salir carcasas al cielo de Valencia. Es más, aumentaba progresivamente la intensidad aún más. En ese instante Thor ha aparecido para sentenciar la mascletà. Golpe seco, directo. Abajo y arriba para dar por finalizada su mascletà en estas Fallas 2019.
Pero hasta la aparición de Thor se ha vivido una mascletà ‘sandwich’. La primera parte se ha servido por los costados, tanto por el habitual como por el que acostumbra estar instalado el terremoto terrestre, que en esta ocasión se encontraba justo en el centro de la catedral de la Pólvora. Poco a poco ha ido cogiendo ritmo. Sin prisa pero sin pausa como preludio a la fiesta final que se avecinaba. Dicho y hecho. La intensidad ha llegado a su punto necesario para iniciar un terremoto terrestre que se eternizaba, que poco a poco barría la plaza del Ayuntamiento. Hasta el delirio final.
Sin duda hoy se ha vivido la mascletà más calurosa de este principio de calendario de disparos. La plaza del Ayuntamiento ya presentaba un ambiente de los grandes días desde cerca de las 12.30 horas y justo minutos antes del inicio se podía ver como los asistentes llenaban Marqués de Sotelo hasta la misma Estación del Norte, así como por el lado opuesto, sin huecos hasta María Cristina.