Feria de Sevilla.La Policía clausura 3.000 plazas clandestinas de aparcamiento en el entorno de la Feria
ÍUn agente retira un cartel que dirigía a los conductores a uno de los aparcamientos ilegales
La Feria de Abril tiene el poder de atracción para que decenas de miles de personas elijan Sevilla como destino por primavera. Pero también esta fiesta es un potente imán para los negocios clandestinos que buscan hacer dinero rápido saltándose normativas. En la presente edición, el Ayuntamiento de Sevilla se ha encontrado con una actividad ilegal desconocida hasta la fecha y que sorprende porque requiere de una importante inversión previa que va mucho más allá de las ventas sin autorización de alcohol en la calle del Infierno.
Se trata de los aparcamientos ilegales, que calcan el servicio de lanzadera que ofrece Tussam, pero sin tener los permisos reglamentarios. «Al tratarse de una actividad ilegal, no hay cobertura alguna en caso de accidente o de cualquier tipo de incidencia que genere una reclamación», advierten fuentes municipales.
Los agentes municipales han cerrado tres de estos aparcamientos clandestinos en 48 horas. El primero, clausurado el lunes, estaba ubicado en el parque Vega de Triana, junto al parking del Charco de la Pava que habilita el Consistorio y que está comunicado con el real mediante lanzaderas.
En la jornada de ayer, los policías procedieron a hacer lo mismo con otras dos bolsas de aparcamiento sin autorización que se habían instalado en dos solares situados en la Carretera de la Esclusa. En total se han eliminado cerca de 3.000 plazas que estaban a pleno rendimiento desde el pasado sábado por la noche. Más de un tercio de la oferta legal del Ayuntamiento, que ha habilitado este año 9.173 plazas.
Inspecciones
Detrás de estos aparcamientos está una empresa de servicios que alquiló los terrenos. La primera inspección en el solar próximo al Charco de la Pava se produjo cuando el Ayuntamiento comenzó a recibir, a través de redes sociales, las quejas de usuarios por el mal servicio que les estaba prestando supuestamente la lanzadera de Tussam. Habían pagado seis euros (un euro y medio menos que el habilitado por el Consistorio), pero a la hora de coger el servicio de regreso, el autobús les dejaba a más de un kilómetro de distancia de donde habían estacionado sus vehículos. Nadie les había informado que la lanzadera de Tussam sólo da servicio al aparcamiento público. «Se dieron casos de usuarios que tuvieron que caminar por una zona de escasa iluminación, que no está habilitada para el paso de peatones, sorteando el tráfico y a altas horas de la madrugada», señalan fuentes municipales.
La empresa aprovechaba que su aparcamiento estaba muy próximo al público y a través de señales y de personal equipado con chalecos reflectantes amarillos, dirigían a los conductores hacia sus instalaciones. «Muchos usuarios creyeron que estaban aparcando en el del Charco de la Pava que habilita el Ayuntamiento». El servicio de lanzadera que ofrecían lo cubrían dos minibuses y un autobús de una empresa de transporte contratada por la gestora del parking clandestino y que no pudo absorber toda la demanda en algunos momentos de jornadas fuertes como el domingo de Feria.
Pero además, cuando la Policía procedió a revisar la documentación del negocio y comprobar que ésta carecía de autorización municipal y que contravenía la normativa andaluza de transporte, se encontraron con que el conductor del autobús que trasladaba a usuarios al real tenía el carné de conducir caducado. «Además de carecer de licencia urbanística para ejercer la actividad, lo que conlleva aparejada sanciones para la empresa y una obligación de reponer la realidad física que ha sido alterada, se han abierto hasta 10 expedientes a las empresas de los autobuses por distintos motivos, entre ellos por realizar transporte público regular de viajeros sin autorización», señalaba un comunicado municipal.
Tras el precinto de ese primer aparcamiento clandestino, el Consistorio detectó que la misma empresa había arrendado otros dos solares que estaban siendo explotados en las inmediaciones del real. Tras estudiar la documentación, los agentes procedieron a precintar las instalaciones ayer por la mañana. ABC fue testigo del momento en el que los agentes retiraban las señales e informaban a los usuarios de la clausura de las instalaciones.
Estos dos aparcamientos, al estar más cerca de la portada, apenas a unos 10 minutos a pie, no ofrecían servicio de lanzadera. La Policía detectó que el sábado del pescaíto los usuarios pagaron siete euros. Pero hallaron carteles que informaban de precios de diez y quince euros, que evidenciarían que estaban dispuestos a imponer precios distintos en función de la jornada.