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 ¿Por qué hacer fallas de Especial ya no es rentable?

¿Por qué hacer fallas de Especial ya no es rentable?

El aumento de los costes y la alta competitividad son los motivos detrás de la marcha de los profesionales de la sección de oro | La renuncia de Carlos Carsí se suma a la marcha de Alejandro Santaeulalia, Vicente Llácer y Miguel Santaeulalia

«El ritmo de la Sección Especial es muy exigente y tal como se concibe hoy en día… Me encanta hacer fallas y disfruto con esta sección, pero no es viable». Suenan amargas las palabras de Carlos Carsí, artista fallero y referente en el arte de crear monumentos, ligado indudablemente a la falla L’Antiga y quien en la noche del pasado martes se convirtió en el último artista fallero en anunciar que se apea de la máxima competición. Deja Especial por la presión, la escasa rentabilidad y «para poder ver a mi hijo», señaló sinceramente a este periódico. Su nombre es uno de los máximos representantes de ese olimpo de artistas falleros que han saboreado la gloria de la máxima competición. En las Fallas de 2023 plantará su proyecto ‘Sóm de colors’ en la plaza de L’Antiga de Campanar, una comisión que para él es su segundo hogar. Será el último monumento en Especial antes de repensar su vida personal y su taller. En su palmarés destacan dos primeros premios de Especial, el primero logrado en 2016 en Cuba-Literato Azorín y el segundo en 2019 en L’Antiga, además de conseguir el doblete, ya que obtuvo también el primero de Ingenio y Gracia-. Además de conseguir en su primer año en la sección de oro el primer premio de Especial en Cuba, en 2017 consiguió el cuarto en la misma plaza. En 2018 en la nueva plaza de L’Antiga se alzó con el tercero y el segundo de Ingenio y Gracia.

Pero Carsí ha dicho hasta aquí. Quiere descansar un tiempo de Especial «para dedicarme un poco más a otros trabajos, no sólo a fallas, también a decoración y escenografía» y a ello hay que añadir otro motivo de peso: «Quiero estar más con mi familia y dedicarle tiempo a mi hijo, que tiene año y medio». Reconoce, además, que el tema de revisar o dimensionar los volúmenes en la sección Especial «es una guerra perdida. Se intentó hacer por el bien común, pero no se consiguió».

LOS MOTIVOS PARA NO PLANTAR EN ESPECIAL

  • AUMENTO DE LOS COSTES. De un tiempo a esta parte, muchos costes de materiales se han visto afectados por el aumento de la inflación, lo que los hace mucho más caros.
  • LAS DEUDAS. A mayor inversión, más crecen las deudas. Sobre todo, aseguran, porque en muchos casos se ven obligados a contratar más personal o medios y, en ocasiones, se sale del presupuesto inicial.
  • UN CONTRATO QUE SE FIRMA EN ABRIL. Las comisiones falleras intentan atar a sus artistas nada más finalizar el ejercicio. Esto hace que el acuerdo se tome con tanta antelación que, en ocasiones, el escenario cambia y crecen los costes por la inflación.
  • ALTA COMPETITIVIDAD. «La sección de oro es un olimpo en el que se compite tanto que, como señala Vicente Llácer, prevalece lo artístico a lo empresarial. De ahí, que no se miren números y que se intente siempre ir más allá, cueste lo que cueste.
  • A MAYOR VOLUMEN, MÁS GASTOS. Los artistas falleros señalan que no sólo es suficiente con diseñar, crear y plantar el monumento. A todo ello hay que sumar los gastos de transporte, de horas de grúa, las horas extra…
  • ¿Y SI FUERAN MÁS PEQUEÑAS?. El maestro mayor del Gremio de Artistas Falleros, Paco Pellicer, plante el debate de reducir el tamaño de los monumentos falleros. A más pequeños, menos gastos.

Su nombres se suma ya a los de Alejandro Santaeulalia, quien plantó por última vez en la Sección de Oro en 2016 con L’Antiga; Miguel Santaeulalia, ligado indudablemente a Nou Campanar; o Vicente Llácer, quien hace algo más de un año plantó por última vez en Sueca-Literato Azorín. Precisamente Llácer trabaja ahora en el taller de Carsí. «Con el año que ha pasado, ahora puedo analizar mejor lo exigente que es la Sección Especial. Si regresara a la máxima competición, lo haría de otra manera. Con una visión de empresario y no de artista. Yo pequé de llevar el taller como artista y no como un negocio. Y cuando estás en la cresta de la ola, no te das cuenta del sacrificio del equipo, que se van incrementando las deudas, todo ha subido y tus números se van haciendo cada vez más grandes. Cuando te das cuenta y haces clic, supe que no podía llevar ese ritmo», confiesa a LAS PROVINCIAS. En el taller de Carlos Carsí desempeña el trabajo de carpintero. «Estoy cómodo aunque siempre tienes esa espinita de querer volver. Siempre he dicho que llegar es muy fácil. Lo difícil es quedarse en Especial, año tras año, con esa presión, con las deudas… Ahora, conforme ha subido todo, los costes que generan estos proyectos… Es aún más complicado», argumenta.

«Un peaje muy alto»

Con él coincide Paco Pellicer, maestro mayor del Gremio de Artistas Falleros. Señala primero que «no hay que confundir la generalidad del trabajo como artista fallero con el de plantar en la Sección Especial». «Se paga un peaje muy alto por competir en la máxima categoría. Desde la idea inicial a la realización, necesitas de muchos profesionales, de máquinas, de mucha mano de obra… Y hay un aspecto que no se tiene muy en cuenta: los artistas falleros de Especial no tienen un caché para ellos. El presupuesto es el que se tiene y con eso se planta. Así que todo el dinero se destina a construir y el artista se queda con lo que sobra. Hay que pensar también que unas fallas de este volumen tan grande suponen muchos gastos en en transportes, en horas de grúa… así que la inversión se va multiplicando y el margen que le queda al artista se va reduciendo«, cuenta Pellicer.

Los talleres están ultimando las Fallas para 2023.

Insiste también que, pese a que la Sección Especial no corre peligro, el aumento de los costes en los últimos tiempos pone en jaque a los creadores. «La mayoría firman sus contratos en el mes de abril. Mira lo que ha ocurrido desde entonces hasta estas fechas, la subida de todo», argumenta. Defiende que seguir compitiendo en la máxima categoría «no es insostenible». «No quiero ser tremendista porque hay artistas que siguen viviendo de las Fallas. Pero tenemos que concienciarnos que somos empresas y que, a lo mejor, deberíamos volver a unas fallas más pequeñas», sostiene Pellicer, quien como Carlos Carsí vuelve a poner sobre la mesa el debate de las grandes dimensiones de los monumentos. «Serían más baratas», sostiene.

Carlos Carsí, otro artista que se apea de la sección Especial de las Fallas de Valencia

Alejandro Santaeulalia plantó su última falla en la Sección Especial en 2016. La mítica Maléfica de L’Antiga de Campanar, muy recordada por los amantes de los monumentos, fue una falla que, reconoce él mismo a este diario, le costó mucho dinero. Obtuvo un tercer premio, un «golpe duro». Es más, confiesa que lo que había ganado en años anteriores lo invirtió en ese diseño. «Yo venía de 2015 de plantar en Especial con L’Antiga y logré un segundo premio y el primero en Ingenio y Gracia. Me envenené. Llegó la Maléfica y tuve que poner mucho trabajo. Ahora reconozco que le hice daño a la profesión», manifiesta.

Modelo «insostenible»

Santaeulalia también es de los que piensa que el actual modelo de negocio «es insostenible». Por ello, en los últimos años se ha dedicado a tematizaciones, parques temáticos y demás trabajos. Sin embargo, el ‘gusanillo’ de las Fallas se lo quita colaborando en el diseño de monumentos de Especial. Es más, en su unión con Carlos Carsí consiguió el primero de Especial. También colaboró con el recordado monumento de aquel baile de máscaras en la Venecia del siglo XV que Pere Baenas plantó en Convento en 2021.

Paco López Albert, quien estuvo años en el olimpo de Especial gracias a sus fallas en Convento-Jerusalén o Miguel Santaeulalia son otros nombres que se han apeado de la lucha por el triunfo en la máxima categoría. Este hecho, sin embargo, no implica abandonar la profesión de artista fallero. Muchos de ellos continúan trabajando en categorías inferiores como 1ª A y colaborando con comisiones más modestas que plantan monumentos de gran calidad.

Hay otra cara de la moneda. En este caso, la de Pedro Santaeulalia. En 2021 volvió a la Sección Especial, donde no plantaba desde 2016. Lo hizo para aliarse con Sueca-Literato Azorín y tomar el testigo de Vicente Llácer. Con Sueca, Santaeulalia debutó en la alta competición a principios de los 2000. Pasó por Nou Campanar y, entre 2011 y 2016 plantó en Convento. Tras el parón, Santaeulalia ha vuelto a la lucha.

Enlace para acceder a la noticia original en el periódico Las Provincias. Artistas Fallas 2023: Santaelulalia, Llácer y Carsí | ¿Por qué hacer fallas de Especial ya no es rentable? | Las Provincias