O Couto. “Soy feriante desde que nací”
Las fiestas de O Couto y la feria del 17 trasladada al 18 por el festivo han hecho coincidir en la ciudad al mismo oficio, pero con matices: feriante. Los Montoya, vendedores ambulantes, y los Dordi, tercera generación dedicada a las atracciones.
Los hermanos Montoya atienden a la clientela en su puesto de venta de menaje de hogar, en la feria.
Mientras las atracciones de las fiestas de O Couto duermen en sus caravanas, el bullicio se traslada al paseo del Barbaña y a los aledaños del rianxo, donde se celebra la feria del 17, trasladada al 18 por el festivo de las Letras Galegas. El mismo oficio, el de feriante, coincide en tiempo en dos espacios de la ciudad. Solo comparten el nombre. Las diferencias entre ambas profesiones las explican los protagonistas.
Sobre las diferencias con los feriantes de venta ambulante, señala: “Ellos se dedican a vender ropa, ajos, pimientos… y nosotros a la diversión de la gente. No sé cual está mejor pagado, pero hoy con la crisis está todo jodido”, dice Alexandre. No cambiaría de profesión.
Y en el otro lado, los hermanos Ángel y Samuel Montoya atienden a la clientela de su puesto de menaje de hogar y otros accesorios. “Vendemos cacharritos por ahí”, resumen los hermanos.
“Las ferias están muy flojas”
La melancolía de tiempos mejores es la misma que la de Alexandre Dordi. “Nos hemos dedicado siempre a la feria de la venta ambulante y valen poco las ferias últimamente. Todas en general”, explica Ángel. “Vamos por toda la provincia pero están muy flojas. En Xinzo es buena, por ejemplo. De las mejores diría que es la de Lalín”, apunta el feriante. Y sobre las diferencias, anota: “Son diferentes. A los otros les gustan más las fiestas y a nosotros la venta ambulante. Para ellos es más el verano y para nosotros el invierno”.