Todo el que acuda a las barracas de los Sampedros puede encontrar desde atracciones para todas las edades, pasando por
. Sin olvidar las típicas churrerías que sin duda son las triunfadoras de la feria. Muchos de los asistentes prefieren esta ubicación, el Polígono Docente Río Vena, que la de La Milanera porque esta más cerca del centro y es más accesible pero la polémica sobre
.
para las de los mayores, que son las que implican una mayor intensidad.
Daniel, de seis años, cuenta que su atracción favorita es el dragón,
«va muy rápido y además me han dado un globo». Otra de las cosas que más le gusta de las barracas es el puesto de los caramelos donde el
boleto cuesta 1 euros, el resto es cuestión de suerte y si sale tu número ganas una bolsa llena de caramelos. Como buena tradición «todos los años gano una», confiesa Daniel.
Otro grupo de amigos asegura que su barraca preferida es el péndulo y todos los años acuden a esa sin dudarlo.
«Siempre quiero montarme pero luego cuando estoy arriba me da bastante miedo aunque luego repito», detalla Diana.
Este año el calor es uno de los condicionantes de la feria y es que las altas temperaturas hacen que algunos padres no puedan asistir con sus hijos, otros no pueden remediarlo ya que los más pequeños lo piden a voces. «Verles tan emocionados nos llena y venimos por ellos a pesar de este calor», comentaba un padre y añade «solemos venir dos o tres días».
El día del Niño es uno de los mas tradicionales en los Sampedros ya que los viajes de las atracciones y las tómbolas son a un euro. Es el día que mayor masificación de gente hay y los feriantes están encantados.
Por las tardes son para el disfrute de los niños y, ya entrada la noche,
el mayor atractivo para los no tan jóvenes son las tómbolas donde muchos se reúnen para jugar al bingo. Algunos se tiran una, dos y hasta tres horas esperando a que les toque el magnífico premio del patinete eléctrico que, ahora, está de moda. Eso sí, nadie se va de la feria sin su tradicional cono de churros.