Tendrán como escenario una finca privada para no pagar suelo público y se alejarán del centro del barrio para evitar las protestas por el ruido del recinto ferial

Tras el polémico caso de las presuntas facturas falsas, que ha llevado a la anterior comisión organizadora a ser investigada judicialmente, se temía por la continuidad de las populares fiestas del Barrio Covadonga, pero un nuevo colectivo vecinal ha dado un paso al frente para evitar que desaparezcan. Se trata de la asociación cultural La Pasiega, que ha cogido el testigo con cambios importantes para que la organización de los festejos de San Amancio sea más viable y se vuelvan a celebrar entre finales de abril y principios de mayo.

Un miembro de la comisión, Matías Sánchez, jubilado de 71 años, ha explicado a este periódico que llevan varias semanas trabajando para que las fiestas tengan una nueva ubicación, el ‘Prado del Roble’, una finca privada en la que pretenden alcanzar uno de los principales objetivos: evitar el pago que se venía realizando hasta ahora por el uso de suelo público en el corazón del barrio. La otra meta importante que se pretende conseguir es acabar con las protestas de algunos vecinos por el ruido que producía la cercanía del recinto ferial a sus viviendas.
Otro integrante de la organización, José Manuel, asegura que están realizando los trámites necesarios ante el Ayuntamiento, que «nos está ayudando en la medida de lo posible». En este sentido, da las gracias por el trato recibido a los concejales Patricia Portilla (Festejos), Pedro Pérez Noriega (Seguridad) y Javier López Estrada (Participación Ciudadana). José Manuel reconoce que el trabajo que están haciendo «no es fácil» y conlleva «mucha responsabilidad», pero entiende que el esfuerzo merece la pena para que el barrio no pierda una de sus tradiciones más importantes.

La edil de Festejos ha explicado que las fiestas de los barrios las gestionan las propias comisiones organizadoras y confía en que las del Barrio Covadonga tengan continuidad. Si no es así, será el propio Ayuntamiento el que organice «algo sencillo», dada «la alta participación que tiene San Amancio y la tradición que representa». Patricia Portilla ha precisado que, hasta ahora, lo que cobraba el Ayuntamiento a los feriantes al licitar la ocupación de suelo público «se devolvía a la comisión en forma de subvención, salvo los gastos extraordinarios».
El trabajo de los organizadores no está siendo sencillo y uno de ellos, Francisco Javier, conocido popularmente como Rapi, se daba ayer por vencido. «Yo hice las fiestas durante 26 años -explicaba-, formando parte de distintas comisiones. Lo dejé hace siete, cuando lo cogieron estos chavales que han terminado tan mal con el tema de las facturas, y ahora estaba dispuesto a volver para que San Amancio no se perdiera, pero el Ayuntamiento pone demasiadas trabas».
«Nos pedían mucho dinero por el uso de suelo público -añadía- y, como no nos alcanzaba el presupuesto, por eso miramos lo de hacerlo en esa finca, pero también había problemas porque no cabían todas las atracciones de los feriantes». Rapi, que estaba «de bajón», se lamentaba de que todo eran «pegas» cuando «ya lo teníamos todo controlado, hasta las orquestas. Es muy triste, me estaban llamando los feriantes de otras regiones».
Al final, parece que serán otros vecinos, integrantes de la asociación cultural La Pasiega, los que terminen el trabajo para que el Barrio Covadonga, uno de los más populosos de Torrelavega, vuelva a ser capital de la diversión para miles de personas entre finales de abril y principios de mayo, olvidando las secuelas del caso de las facturas.