«Ningún niño ni ninguna persona asidua al Mercat del Dilluns se quedará sin feria de atracciones en Magdalena ni sin mercadillo semanal», aseguró ayer la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, ante el anuncio de disolución de la mercantil Refeyme que gestionaba el Recinto de Ferias y Mercados desde su inauguración en 2008. Ahora bien, la primera edil de la ciudad admitiendo la «gravedad» de la situación en la que queda ahora la concesión municipal a dicha mercantil en vías de extinción, advirtió que dichas atracciones feriales, así como el mercado ambulante «podrán realizarse ya sea dentro o fuera de Refeyme»./strong>
De este modo, el antiguo recinto habilitado por este equipo de gobierno como aparcamiento público gratuito, que hasta construir Refeyme el espacio cerrado y con cubierta y parking subterráneo, albergó estas actividades, podría volver a ser su ubicación, mientras se resuelve el proceso de disolución, liquidación y extinción de la sociedad. Trámites que, según ratificó Marco, se prolongarán tanto en el tiempo que deberá ser el «próximo gobierno municipal» quien decida si se vuelve a sacar a concurso la concesión o se gestiona su explotación directamente desde el consistorio, tal y como avanzó EL MUNDO el pasado martes.
«Dentro de la legalidad», insistió la alcaldesa, «el Ayuntamiento garantizará ambos servicios», a la vez que advirtió que el consistorio no puede intervenir más allá porque el proceso «está en manos del juez» y no se resolverá antes de las elecciones municipales del mes de mayo. «Se trata de una gestión privada sobre la que el Ayuntamiento no puede decidir hasta que haya una liquidación definitiva», puntualizó Amparo Marco.
Así se manifestó Marco durante un desayuno informativo con los medios de comunicación, en relación a la decisión de dos de los tres socios que crearon la mercantil, la Asociación de Feriantes y Mercaplaya, por los vendedores ambulantes, de presentar la liquidación. La promotora GyC, por contra, consideraba que podía salir adelante tras aceptar un 65% de los acreedores una rebaja del 50% de la deuda con ellos contraída de 1,2 millones a pesar de que la Agencia Tributaria les haya embargado las cuentas por los 300.000 euros que le adeudan a Hacienda.
Además, queda pendiente de pagar a Bankia 8,5 millones de euros por el crédito que solicitaron para construir el recinto, más otros 40.000 euros, al menos, al Ayuntamiento por el canon anual.
En el encuentro con los medios, la primera edil hizo balance del año 2018 y dijo que «el Ayuntamiento no tiene facturas en el cajón salvo lo imprescindible de los últimos días de cierre del ejercicio contable». Así, pues, dijo, «en Castellón ya no cierra ninguna empresa por impagos del consistorio».
También valoró que la gestión del gobierno municipal durante 2018 «ha puesto a Castellón en el mapa del turismo nacional e internacional con Escala a Castelló», que sumó 75.000 visitantes en tres días; «se han consolidado las políticas sociales, se ha dado dignidad a la dependencia y se ha recuperado la teleasistencia y se han duplicado las partidas presupuestarias destinadas a bienestar social».
En el apartado de inversiones, aludió a «la remodelación de la avenida Enrique Gimeno, el puente del Río Seco, la recuperación de La Pineda para los enfermos de Alzheimer, la remodelación del Caminàs, las obras del Camí la Plana, el parking verde frente al Hospital General, kilómetros de carril bici, la restauración del Castell Vell, que se va a dotar con un moderno sistema de iluminación; los baños públicos, la rehabilitación de la fachada del Ayuntamiento o la recuperación del Maset Blau, entre otros».