Una furgoneta se empotra en un puesto de pulpo en la feria de Vilalba ( Lugo )
Se fue hacia atrás sin control al intentar encenderla ► El agua derramada quemó en los pies a dos pulpeiras
Dos de la tarde. Hora punta en la feria de Vilalba, con decenas de personas dispuestas a saborear el producto estrella. Una panadera, habitual del mercado, recoge, sube a su furgoneta y, al intentar encenderla, se acaba desplazando hacia atrás sin control unos cuatro metros y empotrándose en el puesto de la Pulpería Roberto. El enorme susto que se llevaron los presentes y la confusión y caos iniciales se saldaron con un balance afortunado “ao que puido ser”, según dijeron quienes vivieron el suceso en primera persona.
Aurora Gómez y su hija Rebeca sufrieron quemaduras en los pies, provocadas por el agua hirviendo que se derramó de los dos calderos para cocer el pulpo que se cayeron por el impacto. También quedó inservible un toldo y el otro, aunque siguieron usándolo, no tiene arreglo, “ao igual cunha mesa e un par de trepias”, señalaron. Y por el suelo, perdidos, unos cien kilos de pulpo, entre el que había en los calderos -“non era moito, porque iamos baleirar os de atrás, senón a saber o que se perdería”, precisan- y el que preparaban en la mesa, para servir los pedidos para llevar, según la primera estimación de los responsables de la pulpería.
“Vin que viña un coche marcha atrás -los testigos apuntaban que tenía encendida la luz de marcha atrás, según detalló la Policía Local- e naquel momento, fixen por paralo, pero ves que non das. Tirou os caldeiros, caéume agua nos pés e grazas que parou en algo, porque pensei que se metía dentro” -en la nave cubierta del campo da feira, donde están las mesas-, relataba Aurora a su regreso del PAC de Vilalba. Al principio, no quiso ir. Aguantó el tirón y quiso seguir trabajando -metió los pies en una tina de agua que le prestaron en la pulpería Romeán-, pero la magnitud de lo sucedido, y pensar lo que podría haber pasado, finalmente la hizo venirse abajo.
Lo recordaba su hija Rebeca, que también sufrió una quemadura leve en un pie, aunque no requirió atención médica. En su caso, la reacción fue la contraria: “Eu empecei a temblar e a chorar, púxenme tan nerviosa que me fun, pero miña nai non, recolleu, volveu a atender, púxose a cortar o pulpo e entón foi cando reaccionou”, indicó, describiendo la imagen que vio a su alrededor tras el impacto “estaba todo tirado, trepias, mesas, caldeiros…”.
En un primer momento, no veían a Aurora, por lo que incluso se temieron que estuviesen ella, o cualquier otra persona, debajo del vehículo -no era así, aunque sí rescataron un hornillo aún encendido-, un gran temor que experimentó también la conductora implicada. “Cando baixei e vin a xente nerviosa, pensei que lle dera a alguén, grazas a Deus que non foi así”, dijo la mujer, que se interesó por el estado de Aurora cuando regresó del centro de salud.
“A furgoneta non me encendía, quixen deixala caer un pouco e fóiseme das mans, xa non a dei controlado”, recordó la conductora, aún impresionada por un suceso que también vivieron de cerca en la vecina pulpería Romeán, desde la que llamaron al 112, justo a las 14.04, para avisar de que la furgoneta de un panadero se había ido contra la carpa de una pulpería. Hasta el lugar se movilizó la Polícia Local de Vilalba, que realizó el pertinente atestado.
“No sabía ni a quien llamar, había muchísima gente ahí, ha sido una suerte, el susto no te lo quita nadie, pero no se sabe lo que vale que estén todos bien y no pasara nada”, explicaron desde Romeán, al tiempo que trataban de poner en palabras las sensaciones del momento del accidente: “Es una cosa que estás viendo, que está pasando, pero no te la puedes creer”, dijeron sobre un suceso “horroroso”, para ellos y para los clientes.
Superado ese gran impacto inicial, Aurora Gómez y su equipo no quisieron que lo ocurrido les impidiese seguir con su trabajo: “Despois do susto, hai que seguir, os clientes hainos que atender e son fieis, que esperaron”, agradecieron desde la pulpería.
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