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 Expectación ante las primeras ferias de verano post-pandemia en Castilla-La Mancha

Expectación ante las primeras ferias de verano post-pandemia en Castilla-La Mancha

Más de 2.000 feriantes se quejan de los altos precios de luz y gasoil

En torno a un 10% de los profesionales del sector se quedaron en la estacada por el coronavirus.

Los feriantes de Castilla-La Mancha tienen una buena embajadora: Ana Iris Simón (Campo de Cripatana, Ciudad Real, 1991). Esta joven periodista se dio a conocer hace dos años por su ópera prima, ‘ Feria’ (Editorial Círculo de Tiza), un libro en el que además de poner los puntos sobre las ies a los gobernantes sobre la difícil situación de las nuevas generaciones, recuerda con nostalgia a sus antepasados de la rama materna de su familia, conocida como los Bisuteros en su localidad natal, que se dedicaban a ir de feria en feria para ganarse la vida.

Esta es la rutina que durante más de dos años, por culpa de la pandemia de Covid-19, vieron truncada los más de 2.000 profesionales de este mundo que viajan con sus camiones y furgonetas por las tierras que vieron nacer a Ana Iris Simón y a los Bisuteros.

Entre ellos, se encuentra Isabelino Tena, feriante de 48 años de Talavera de la Reina que, junto con su mujer María Teresa, están dando los últimos retoques a sus pistas de motos y coches de choque para la próxima semana en la feria de Manzanares (Ciudad Real).

Él, al igual que otros muchos feriantes, están expectantes de cara a esta campaña de ferias de verano que acaba de empezar, que es su temporada alta, y más después de más de dos años de pandemia en los que casi han estado parados y con escasos ingresos. «El coronavirus ha hecho mucha mella porque muchos compañeros no han podido sobrevivir y han tenido que dejar sus negocios. La cosa va, que no es poco, estamos mejor que hace dos años, pero lo poco que ganamos nos da para pagar las deudas y gastos que tenemos», afirma apesadumbrado a ABC.

«Ahora, después de tanto tiempo, parece que hay afluencia de gente a las ferias, pero se está haciendo menos caja porque los precios están más altos», explica el feriante talaverano, que critica el elevado precio la luz y el gasoil que, según destaca, cuestan el doble que en 2019. «Yo, por ejemplo, me gastaba en el traslado de mis atracciones de un sitio a otro 1.000 euros y ahora 2.000», recuerda. Por eso, dice que este año no va a poder contratar tampoco a nadie.

«Hacemos lo que podemos entre mi mujer y yo, y algunas veces mi hijo de 21 años, que acaba de terminar el curso, nos echa una mano. De momento, no nos queda otra que aguantar porque hemos invertido mucho dinero en la compra y el mantenimiento de nuestras atracciones, y tenemos que seguir pagándolas porque estamos hipotecados», cuenta Isabelino.

Esta situación es confirmada a ABC por el presidente de la Asociación de Industriales y Feriantes de Castilla- La Mancha, Manuel Martínez, que se sigue quejando de la coyuntura económica, que sigue afectando para mal a los profesionales de este sector e informa de que poner las atracciones y una caravana durante más de una semana ahora les cuesta cerca de los 400 euros.

«Afortunadamente, las tasas municipales se mantienen en líneas generales», señala Manuel Martínez, que pone el acento en los costes adicionales y en lo que afecta a todo el mundo, como es el aumento del precio de la energía y de los combustibles. «Todo ello repercute para mal en la economía de los feriantes, que ya venía maltrecha de casi dos años de parón por culpa del coronavirus, a pesar de algunas escasas ayudas y otros trabajos», se lamenta.

«Muchos hemos hecho una gran inversión y nos estamos hipotecando», asegura el presidente de los feriantes de Castilla-La Mancha, que aun así, considera que «la temporada de ferias de verano va a ir muy bien si se organizan bien y no hay ningún problema». No obstante, avisa a sus asociados: «El que gane algo de dinero, que lo guarde porque los próximos años no van a ser tan buenos debido a la recesión y a la inflación que estamos viviendo».

«El feriante, que es un 80% de los profesionales que se mueven por una feria, más allá de los hosteleros y otros puestos que se colocan, siempre vuelve a montar sus atracciones sean las circunstancias que sean», indica el representante del sector en la región. Sin embargo, reconoce que en torno a un 10 o un 15% de ellos no han vuelto en los últimos años, a causa de la situación que ha provocado el coronavirus, porque encontraron otros trabajos y no han querido reincorporarse, por lo menos, hasta que finalicen sus contratos.

Por Castilla-La Mancha, durante la campaña de ferias de verano, se mueven entre 2.000 y 2.500 feriantes aproximadamente, aunque en las fechas que van del 15 de agosto hasta finales de septiembre la cifra puede llegar a alcanzar los 5.000 entre este tipo de profesionales y otros, como las hostelería o vendedores, que contratan a su vez a más trabajadores para atender sus puestos durante esos días.

Deberes a los ayuntamientos

Esta será la primera temporada grande de ferias en la que los feriantes podrán trabajar, ya sí y por fin, sin ningún tipo de restricción relacionada con el coronavirus. Eso sí, Manuel Martínez advierte de que «hay que seguir teniendo precaución y manteniendo determinadas medidas de seguridad porque la Covid-19 no se ha ido totalmente. De hecho, ahora los contagios están volviendo a subir mucho, pero por suerte la situación está bastante más controlada y parece que las perspectivas son distintas».

Ahora, en su opinión, lo que necesitan en los municipios a los que van a asistir de Castilla-La Mancha y en otros puntos, son buenas condiciones en los recintos feriales de cada uno de ellos. Para ello, el presidente de los feriantes recuerda que los ayuntamientos deben tener arregladas las infraestructuras, tanto de luz como de agua, para que puedan realizar su actividad sin ningún tipo de problema.

Martínez considera que se ha notado mucho este año que la gente está desando volver a sus ferias después de dos años de pandemia y, prueba de ello, es la gran asistencia que están teniendo las actividades organizadas en cada municipio a los que han asistido. «El cuerpo pide salir y disfrutar de la vuelta a la normalidad», afirma.

«Además -apunta-, estamos en el último año antes de las elecciones del 2023 y todos los alcaldes querrán organizar unas buenas ferias para alegrar a sus vecinos de cara a la próxima cita electoral». En el caso de Castilla-La Mancha, los platos fuertes serán, cómo no, las Ferias de Albacete en septiembre y las de las capitales de provincia, así como las de cualquier localidad castellanomanchega superior a los 10.000 o 20.000 habitantes. Aunque cualquier pueblo espera con ilusión estas fechas para organizar las mejores fiestas para acoger a mucha gente que vive fuera y retorna para esos días para ver a sus familiares y amigos.

En Manzanares dejamos a Isabelino Tena, que ya tiene casi a punto sus motos y sus coches de choque para que durante los próximos días los manzanareños disfruten de sus atracciones, entre otras muchas. De ahí, el feriante de Talavera se desplazará a Valdepeñas, Santa Cruz de Mudela, Ciudad Real, Tomelloso, Daimiel, Puertollano, Madridejos y terminará su temporada alta en las ferias de su ciudad natal a finales de septiembre.

Enlace para acceder a la noticia original del periódico ABC Expectación ante las primeras ferias de verano post-pandemia en Castilla-La Mancha (abc.es)

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