Los feriantes, descontentos con la Feria de Málaga: “Si tuviera dos como esta, me tendría que retirar”
- El sector critica suciedad e incremento de los gastos en el recinto ferial, pero reconoce la “buena” respuesta del público.
La pandemia ha roto muchos negocios. Dos años después de que la Covid-19 dejara sin trabajo a todos los feriantes de España, ha vuelto a ellos su oficio: las ferias. Algo que esperaban como agua de mayo, finalmente no ha resultado el alivio que deseaban: “Hemos tenido la subida de la luz, la subida del gasoil, las tasas municipales… Es un verano que estamos sobrecargados de gastos”. María Josefa Acal, la presidenta de la Asociación de Mujeres Feriantes Emprendedoras de Andalucía, cuenta cómo han tenido que hacer frente a este retorno con la subida de los precios.
Además, la subida de los precios ha afectado también en el precio de las tasas para el alquiler de una parcela en la feria: “El Ayuntamiento de Málaga nos ha subido las tasas municipales un 13%, según dicen, del IPC”, explica Acal, que reprocha que otras administraciones municipales les han rebajado los precios.
Así lo cuenta también Miguel Ángel Antúñez, directivo de la Asociación de Feriantes de Andalucía, Ceuta y Melilla: “Hay localidades que nos han ayudado mucho. Algeciras, Huelva o Sevilla han rebajado las tasas, Dos Hermanas ha rebajado el 50% y Linares nos las ha quitado, no pagamos ni un duro por instalar nuestro negocio allí”. Antúñez sentencia tajante que “hoy en día, la Feria de Málaga es una de las ferias más caras de España” y añade un ejemplo: “Por la misma atracción, pago 2.200 euros en Sevilla y 5.000 € en Málaga, estamos hablando de más del doble”.
“Si yo tuviera dos ferias como la de Málaga no podría seguir, me tendría que retirar”, afirma Antúñez, que explica que “el seguir yendo a Málaga, es porque nosotros, aparte de ganar dinero, es tradición. Yo llevo yendo a la feria desde que mis abuelos iban con el burro, es algo personal, algo que siento mío”. Sobre la rentabilidad de la Feria de Málaga para los feriantes, la presidenta de la Asociación de Mujeres Feriantes cuenta: “Los beneficios han sido menos porque hemos tenido más gastos. La recaudación, aunque haya sido un poco más alta, no compensa”.
Cuestionada al respecto, la concejala de Fiestas del Ayuntamiento de Málaga, Teresa Porras, ha justificado en conversación con EL ESPAÑOL de Málaga que la subida del IPC no la marcan desde la administración municipal sino desde el Gobierno, y ha recordado las ayudas económicas que el sector de la hostelería, el turismo y los feriantes empadronados en Málaga han recibido. Porras se ha remitido al convenio firmado con la Asociación de Empresarios Feriantes de Málaga y Provincia, con cuyo presidente este periódico ha tratado de ponerse en contacto en repetidas jornadas, sin recibir respuesta.
Suciedad
Otro problema que señala la Asociación de Mujeres Feriantes Emprendedoras de Andalucía en la Feria de Málaga es la suciedad. “En Málaga, cuando el público quiere ir a aseos, tiene que llevar a los niños a hacer pipí detrás de los camiones o entre los coches, y eso sale por delante de los negocios, creando un olor horroroso”, relata Acal.
Otra de las carencias que destaca María Josefa Acal es la falta de un camión de la limpieza: “No ha habido un camión limpiando la feria ni un día de feria, solamente han barrido un poco”. La presidenta de la Asociación de Mujeres Feriantes opina que la Feria de Málaga ha empeorado respecto a otros años y la ha calificado como “una de las más sucias de Andalucía”.
La concejala de Fiestas del Ayuntamiento, Teresa Porras, ha recordado por su parte que solo la zona de los feriantes contaba con 32 aseos públicos, incluidas duchas y aseos personales para los trabajadores.
Subsistir en pandemia siendo feriante
La vuelta al oficio de feriante, para muchos ha supuesto volver a encontrarse con colegas, pero también el echar en falta a otros que, como cuenta Antúñez, “no han podido soportar el parón”. La industria feriante trabaja también en invierno: parte del dinero que ganan va destinado a reacondicionar las atracciones durante el invierno de cara a la próxima temporada de verano.
Cuando llegó la pandemia, los feriantes no pudieron sacar sus atracciones y por tanto no recibieron ingresos con los que poder reacondicionarlas para la siguiente —las atracciones se estropean también con el tiempo, no solo con el uso—, llevando al sector a la necesidad de reinventarse: “Intentar revender el cacharrito a mejor postor y buscarte otra alternativa de empleo como el transporte o la hostelería.
Antúñez cuenta que se ha vivido la pandemia con mucha pobreza y precariedad, teniendo incluso que poner en venta su vivienda muchos de ellos: “Nosotros tenemos que pagar dos hipotecas: tanto de una nave industrial como de una casa. En pandemia, cuando llevas dos años sin tener un ingreso, sin que entre un solo duro, ¿cuál es la solución? Pues pedirle una tasa al banco, o malvender tu casa”. Contando lo complicada que ha sido la pandemia para el sector, Antúñez explica que muchos de sus compañeros de trabajo se han visto en la necesidad de acudir a Cáritas y a Cruz Roja para pedir alimentos y ayuda.
Una iniciativa lanzada desde la Asociación de Feriantes de Andalucía, Ceuta y Melilla durante la pandemia fue la creación del Vive Park, un parque de atracciones que se hizo en Sevilla, Jerez, Algeciras, Huelva, Almería o Jaén para “tratar de subsistir” ese tiempo. De lo que más agradecidos están los feriantes es de que durante estos tiempos difíciles, el público siempre ha respondido y ha sido muy agradecido.
Enlace para acceder a la noticia original en el periódico El Español Los feriantes, descontentos con la Feria de Málaga: “Si tuviera dos como esta, me tendría que retirar” (elespanol.com)