Los niños disfrutan de las atracciones en su nueva ubicación y participan en las pruebas organizadas por tropas y legiones en el campamento

Miles de personas llenaron el miércoles a rebosar la feria de Carthagineses y Romanos, en el día en el que las alrededor de cien atracciones que la forman pusieron sus billetes a mitad de precio. La noria y el ‘Hotel’ destacaron como reclamos, por su altura, y registraron una gran afluencia. La primera, como referente clásico de cualquier parque de atracciones; el segundo, por la incorporación de efectos en tres dimensiones.

La amenaza de lluvia, con un leve chispeo por la mañana, quedó despejada por la tarde. Eso permitió a los feriantes mantener la racha que ya les llevó a «aprovechar el lleno del pasado sábado y la notable afluencia del domingo», explicó el representante de los feriantes, Gabriel Cervera. «El lunes y el martes son días más flojos, pero ayer volvimos a tener a mucha gente», indicó.

A ello contribuyó que, pese a que no se ha podido contar con el ‘Extreme’ y la montaña rusa del ‘Ratón Vacilón’, dos apuestas que tradicionalmente han tenido mucho éxito, hubo otras como el ‘Escorpión’, el ‘Master’, el ‘Globitos Show’ y el ‘Barco Vikingo’ que sí han repetido. La afluencia hizo que hubiera colas para sacar los tiques y para conseguir un hueco en los vagones, en algunos momentos de la tarde y de la noche.

La amenaza de lluvia cesó por la mañana y el buen tiempo propició el lleno en la nueva ubicación de las atracciones

Además, triunfaron tanto la pista de coches de choque Auto Shoot García como La Jaula, una atracción clásica de subida y caída al vacío desde más de diez metros de altura. También hubo casetas de rifas y establecimientos de dulces y comidas en abundancia, para hacer un alto y tomar un refrigerio. Por si faltaba algo, incluso hubo un chiringuito para la degustación de mojitos.

Los precios rebajados a la mitad permitieron disfrutar de todas las atracciones a una media de dos euros, aunque hubo alguna de las más grandes que superó esa cantidad. La amenaza de lluvia, que supuso algún chispeo a lo largo de la mañana quedó conjurada cuando el cielo encapotado se despejó a media tarde.

Pruebas en el campamento

El campamento ofreció una alternativa complementaria a la de la feria, para el disfrute de los niños. Desde las 18.30 horas, grupos de pequeños guerreros pudieron participar en juegos de habilidad. Las competiciones tuvieron lugar en el marco de los Ludi Romani, entre las nuevas camadas de las legiones que se desplegaron por la calle romana, y en las Pruebas de Aspar, para la cantera carthaginesa que llenó la parte del campamento que sirve de entrada a las tropas. Todos tomaron parte luego en una concurrida merienda.

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