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LA FARMACÉUTICA ESPAÑOLA GRIFOLS INICIA LA PRODUCCIÓN DE SU TRATAMIENTO FRENTE AL COVID 19

LA FARMACÉUTICA ESPAÑOLA GRIFOLS INICIA LA PRODUCCIÓN DE SU TRATAMIENTO FRENTE AL COVID 19

 
 

“Se trata del primer medicamento específico desarrollado para combatir la COVID-19”

 

 
 
Grifols ha iniciado la producción de su inmunoglobulina hiperinmune con anticuerpos específicos contra el virus SARS-CoV-2 a partir del plasma de personas que han superado la enfermedad. “Se trata del primer medicamento específico desarrollado para combatir la COVID-19”, ha afirmado la compañía en un comunicado.

Grifols lidera la producción de esta potencial terapia de inmunización pasiva frente a la COVID-19 en el marco de la colaboración establecida con el gobierno de EE.UU., que incluye la Food and Drug Administration (FDA), los National Institutes of Health (NIH) y la Autoridad de Desarrollo e Investigación Biomédica Avanzada (BARDA), entre otras autoridades sanitarias.
El acuerdo también establece la colaboración en el desarrollo de estudios preclínicos y clínicos necesarios para determinar la eficacia de la terapia. La compañía también avanza para establecer colaboraciones en Europa.

Los consejeros delegados de Grifols, Víctor Grifols y Raimon Grifols.

 
La producción de inmunoglobulinas hiperinmune anti-SARS-CoV-2 se está llevando a cabo en la planta de Grifols en Clayton (Carolina del Norte, EE.UU.) especialmente diseñada para la producción de inmunoglobulinas específicas.
“Se espera que las primeras dosis se obtengan en el mes de julio 2020 en el marco de un ensayo clínico”, apunta la compañía.
Asimismo, Grifols sigue adelante con su ensayo clínico en España para evaluar la eficacia de la inmunoglobulina intravenosa a altas dosis en la estabilización o mejora de los pacientes clínicos afectados por la COVID-19.
En este caso, además de la acción de los anticuerpos neutralizantes (las proteínas que se unen a los virus e impiden que infecten las células humanas) se busca el efecto inmunomodulador (la modulación de la respuesta inmune) que puede tener la inmunoglobulina como terapia para detener la tormenta de citocinas asociada a algunos pacientes graves de COVID-19.
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“Las inmunoglobulinas son proteínas plasmáticas que actúan como anticuerpos para la defensa específica del organismo con mecanismos de acción muy complejos y difícilmente replicables. Su diversidad de acción – incluyendo sus efectos inmunomoduladores – explica su variado y extenso abanico de aplicaciones clínicas en la actualidad, incluyendo la prevención de infecciones en pacientes inmunodeficientes, y enfermedades autoinmunes, tanto neurológicas como en otros órganos”, explica Grifols.
“El tratamiento con inmunoglobulinas es fundamental en la prevención de infecciones en caso de exposición accidental a agentes infecciosos como el virus de la Hepatitis B o el virus de la Rabia, en la prevención de infecciones en pacientes con inmunodeficiencias congénitas (IDP), que incluyen más de 300 enfermedades de las que se conoce el defecto congénito en más de 150. Estas enfermedades están motivadas por la alteración cuantitativa y/o funcional de los diferentes mecanismos implicados en la respuesta inmunitaria”, apunta el comunicado.
Actualmente, hay en marcha más de 5.000 ensayos clínicos en el mundo para seguir explorando el potencial de las terapias con esta proteína plasmática.
Según Marketing Research Bureau (MRB, por sus siglas en inglés) el mercado de inmunoglobulina continuará creciendo anualmente un solo dígito alto en el periodo 2019-2022.
Se espera que los avances en inmunoterapias conlleven una mayor demanda de inmunoglobulina en dicho periodo. Terapias como las células CAR-T podrían generar una creciente necesidad de estas proteínas plasmáticas en el ámbito de las inmunodeficiencias secundarias.