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Los feriantes, al límite: «Muchos no van a poder volver al negocio»

Eusebio guarda en un almacén sus atracciones a la espera de poder instalarlas en alguna localidad./Eusebio
Eusebio guarda en un almacén sus atracciones a la espera de poder instalarlas en alguna localidad.

Los feriantes, al límite: «Muchos no van a poder volver al negocio»

Piden a los ayuntamientos de Euskadi instalar sus atracciones en recintos abiertos y en espacios con aforo limitado y manteniendo la distancia de seguridad

 

¿por qué si un niño puede ir a un bar o a una tienda de chuches y no puede venir a una feria ?

 

Pasan el invierno con los ahorros del verano, pero este se está haciendo especialmente largo. El coronavirus ha retrasado el inicio de la temporada de los feriantes, que estos días viven pendientes de las medidas que adopta el Gobierno para calcular cuánto tiempo más pueden aguantar con las ganancias de la pasada campaña. Que la pandemia está azotando a todos los ámbitos de la sociedad no hay duda, pero tampoco que hay algunos sectores, como el de la hostelería, que tienen más problemas para subsistir. Los feriantes, por ejemplo, que van de pueblo en pueblo con sus atracciones, son otro de los colectivos afectados. «Es una ruina total. Los negocios están cerrados y muchos lo están pasando mal», advierte el secretario general de la Asociación de Feriantes autónomos de Euskadi, Alberto Domínguez.
Eusebio, de Eusebio y Hugo, es el mayor de los hermanos y junto a sus padres regentan varias atracciones con las que animan las fiestas de los pueblos guipuzcoanos. De no ser por el coronavirus ahora mismo no estaría en Zumarraga, sino divirtiendo a niños y cadetes de Errenteria. Su actividad se ha parado en seco y no ve el momento de arrancar. «El problema es la incertidumbre, no sabemos cuándo vamos a poder empezar y no podemos aguantar mucho más. Hay feriantes que han tenido que dejar el negocio, otros que se han visto obligados a pedir dinero a familiares y amigos porque los ahorros no les llegaban. Nosotros, por ahora, podemos aguantar dos meses más, pero más allá de julio no. Somos una empresa y como tal tenemos gastos, hay que pagar hipotecas, seguros de las máquinas, ‘leasing’ …», enumera.
Acostumbrado a que la única razón por la que sus ingresos se vieran reducidos fuera la metereología ahora se enfrenta a una pandemia. «No se había dado nunca, pero creo que si la situación evoluciona favorablemente, podemos trabajar, aunque sea poco o menos y con más seguridad, pero necesitamos volver», insiste. Como autónomos que son ya han estado informándose de las ayudas que pueden solicitar, aun así advierte que «hemos estado sin ingresos desde octubre, que es cuando acaba la temporada, y si no se reanuda este verano, estaremos hasta abril de 2021 sin cobrar».

Los feriantes aprovechan los meses de invierno para poner a punto sus atracciones.
Los feriantes aprovechan los meses de invierno para poner a punto sus atracciones.

Si de algo les sirven estos meses de invierno a los feriantes es para poner a punto todas las barracas. Se pasan revisiones para garantizar la seguridad de los ciudadanos, se reparan averías y se aprovecha también este parón para mejorar iluminación y decoración con el fin de hacerlas más llamativas. «Son gastos, pero son gastos que son necesarios. Este año todos los feriantes tenían ya preparadas sus atracciones y de pronto se han visto parados. Aún así, a pesar de las consecuencias económicas que estamos teniendo, sabemos que la salud es lo primero. Queremos que la gente esté sana, que los que están enfermos se recuperen y que todo pase rápido», recalca Domínguez. En el sector hay cierta prisa por retomar la actividad, sí, pero porque «hay feriantes que solo trabajan seis o siete meses al año y ahora no pueden poner en marcha su mecanismo de ingreso».
Desde los ayuntamientos de Euskadi, que son quienes les contratan, ya les han comunicado que hay fiestas que se van a suspender y otras que, por el momento, se mantienen en el aire a la espera de la evolución de los casos y del desconfinamiento progresivo que se va a adoptar. «Nos han avisado de que se cancelan las fiestas de Legorreta e íbamos a ir con unas cuantas atracciones», cuenta Eusebio. Esta decisión de cancelar eventos tiene un impacto inmediato en los feriantes. «Nuestro sector se está viendo muy perjudicado y si no cambia pronto la situación irá a peor porque empiezan ahora la mayoría de los festejos. Está siendo criminal y el daño es irreparable. Somos un sector, en España, con unos 40.000 autónomos y necesitamos medidas, como la bajada del IVA, para paliar las consecuencias», explica Domínguez.

Las fiestas de Gipuzkoa, en el aire

Las fiestas de Gipuzkoa, en el aire

 

Aún así, aunque todo parece indicar que la temporada está perdida antes incluso de haber empezado hay cierto optimismo. Domínguez confía en que cuando se hayan rebajado las restricciones y los comercios que no sean de primera necesidad y los bares y restaurantes abran sus puertas ellos también puedan arrancar sus ferias. «Es la única forma de salvar el negocio. Vamos a proponer a los ayuntamientos que mantengan las atracciones este verano, eso sí, bajo estrictas medidas de seguridad. Podemos montar las atracciones en recintos abiertos y controlar la entrada, que haya un aforo máximo, el que consideren que sea necesario para evitar contagios. También podemos mantener la distancia recomendada de metro y medio, de la misma manera que se hace en los supermercados. En las ferias no hay problema, nos podemos adaptar igual que lo hacen los comercios o lo hará la hostelería. A las atracciones vienen muchas familias y podemos organizarnos para separar a la gente. Trabajaremos con guantes, mascarillas y lo que haga falta para proteger a la gente», detalla. Lo que entienden desde la Asociación es «¿por qué si un niño puede ir a un bar o a una tienda de chuches y no puede venir a una feria donde se van a respetar los mismos criterios sanitarios? ¿Por qué hay que castigar a los niños, que llevan todo el año esperando para montarse con sus amigos en las atracciones?», se pregunta.
Eusebio, que se suma a la iniciativa de la asociación, ansía con que se levante el confinamiento pronto y pueda poner en marcha una nueva atracción que habían preparado para este año. «Lo que queremos es cumplir con las fiestas y si en una barraca solo se pueden montar quince niños en vez de treinta, que así sea. Lo primero es la seguridad».