Los feriantes ya no aguantan más. Saben que los efectos de la crisis sanitaria no se apagarán cuando se levante el confinamiento de la población y arranque la fase de desescalada. Dan por perdido el verano y con él los ingresos de todo el año.

 
Más de 2.000 familias de la provincia dependen de una de las pocas actividades itinerantes que aún permanecen activas. En España hay 40.000 afectados. Casi todas las asociaciones del país que representan a este colectivo, cuarenta en total, entre ellas la de León, se han adherido al manifiesto que han registrado en ayuntamientos y subdelegaciones del Gobierno para exigir un plan de rescate específico.

«Con el estado de alarma, la actividad de los empresarios e industriales feriantes es nula. A esto hay que sumar que la suspensión tiene lugar en fechas en las que se genera el mayor volumen de negocio y se cubre una parte importante de gastos y tributos al estado», explica el representante de la asociación Feriantes de León, Ángel Gutiérrez Cobo, consciente de que muchos compañeros van a pasar dificultades incluso para comer si no hay un paquete de medidas concreto. En este sentido, reclaman a las administraciones «el aplazamiento inmediato de los impuestos, sin intereses y hasta los doce meses posteriores a la vuelta a la normalidad». También piden «una línea de crédito destinada a este sector y con un acceso a la misma durante un año».
Sobre esto, Ángel Gutiérrez recuerda que la mayoría tienen prestamos firmados por la compra de las atracciones, que además suponen «un coste alto de mantenimiento», al que hay que sumar los seguros, «que no son baratos», añade.
Reclaman igualmente «la devolución íntegra de las tasas» que ya han sido pagadas en diferentes municipios y que se renueven de forma automática las licencias hasta 2024. En el mismo manifiesto, exigen que se suspenda la cuota de los autónomos durante idéntico periodo para que no se resientan una vez se recupere la normalidad y las fiestas regresen a los pueblos. También solicitan que se proteja a todos los feriantes, aunque no estuvieran dados de alta en el momento en el que se decretó la emergencia sanitaria y se suspendieron este tipo de eventos, que tardarán todavía tiempo en volver.