Precisamente, la ausencia total de certezas sobre cuándo va a terminar el confinamiento es lo que más preocupa al sector, según Sampedro. «Si se suspende una feria en concreto puedes hacer previsiones y sabes que tarde o temprano volverás a tener ingresos, pero ahora no tenemos ni idea de cuándo vamos a poder volver a trabajar», se lamenta. «En la vida había pensado que nos íbamos a ver en una situación como esta», admite.
Para intentar buscar una solución cuando la normalidad se retome, Sampedro explica que la asociación ha remitido una carta tanto al Ayuntamiento de Logroño como al Gobierno de La Rioja. «Y esperamos tener una reunión con ellos», apunta. «Hay que tener en cuenta que somos muchas las familias que vivimos de esto», añade. «Por poner un ejemplo, de los alrededor de 100 feriantes que se instalan en San Mateo, el 70% somos de aquí», remata su reflexión.

Además, la mayoría tiene trabajadores a su cargo. «Estamos hablando y, aunque cada caso es diferente, muchos se están planteando hacer ERTE», cuenta el presidente de la Asociación de Feriantes de La Rioja. «Es que esto no es como si trasladan las barracas de un sitio bueno a otro peor porque en ese caso sabes que vas a tener unos ingresos, aunque sean mínimos», recalca. «Ahora no tenemos ninguno», apostilla.
Y otra duda que invade al sector es qué pasará cuándo finalice el estado de alarma. «No creo que de repente manden a todo el mundo a la calle y podamos retomar la vida normal», opina Sampedro. «Pero cuando llegue la primera feria, tengo claro que vamos a necesitar ayudas de algún tipo para poder continuar adelante», insiste.
Las barracas siempre han sido motivo de felicidad y causa de buenos momentos, pero ahora el sector está «asustado» por lo que pueda pasar. Su objetivo es poder volver a las calles. «Esperemos que sea así», concluye Sampedro.