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Huesca propone emplear pirotecnia silenciosa en lugar de fuegos artificiales

Huesca propone emplear pirotecnia silenciosa en lugar de fuegos artificiales

Los concejales de Podemos Equo lleva a la comisión de Cultura y Fiestas de Huesca la idea de realizar espectáculos visuales con láser o drones.

Fuegos artificiales en la plaza de Navarra el último día de las fiestas de San Lorenzo

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El grupo de Con Huesca Podemos Equo en el Ayuntamiento de Huesca ha propuesto a la comisión de Cultura y Fiestas que se apueste por nuevas formas de espectáculos visuales, como puede ser la pirotecnia silenciosa o los exhibiciones de luz con láser, o incluso drones . El objetivo es que las celebraciones sean “inclusivas, respetuosas y sensibles con sus vecinas y vecinos”, según apuntan los concejales.

El edil de Podemos Equo Óscar Sipán señala que las empresas pirotécnicas, conocedoras de las nuevas sensibilidades, ofrecen alternativas ‘pet friendly’ (amiga de las mascotas) y menos ruidosas, con una media de sonoridad de 65 decibelios, por debajo del límite marcado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según indican, en el año 2015 la ciudad italiana de Collecchio, en la provincia de Parma, modificó la norma para que solo se permitiesen los fuegos artificiales silenciosos, y desde entonces varias ciudades europeas se han sumado a esta medida. 

“Tenemos la obligación de hacer de nuestra ciudad un lugar más amable, respetuoso y cívico para todas y todos, y apostar por los fuegos artificiales silenciosos (incluyendo los espectáculos de luz con láser o con drones), prohibiendo aquellos artefactos explosivos que dañen tanto a personas como a animales y reduciendo la contaminación acústica”, señala Sipán.

El concejal de Con Huesca expone que el ruido que provocan los fuegos artificiales convencionales supera los 170 decibelios, “una cantidad muy superior a la recomendada por la OMS, que sitúa en 120 decibelios el umbral máximo de ruido a partir del cual se pueden generar daños en el oído”. Sipán explica que para las personas con trastornos del espectro autista, las explosiones de los fuegos artificiales suponen “una auténtica tortura ya que generan crisis de llanto, actitudes agresivas que les llevan, incluso, a autolesionarse”.

Según  añade el concejal, los fuegos artificiales tradicionales pueden provocar desorientación, dolores de cabeza, nerviosismo y estrés a “las personas con ligorofobia (miedo a ruidos fuertes) y a quienes sufren Alzheimer, vértigos u otros problemas de salud”. Sipán insiste en que los ruidos extremos provocan zumbidos y pérdida de la audición, en ocasiones momentánea, “pero en otras irreversibles”, a los bebés. Además, diversas asociaciones animalistas han denunciado “los peligros que supone la pirotecnia a las mascotas (taquicardias, temblores, falta de aire, náuseas, aturdimiento, pérdida de control, miedo e incluso, la muerte), así como a las aves y otros animales salvajes”.

Óscar Sipan recuerda que fue Marco Polo quien introdujo la pólvora en Europa a finales del siglo XIII , “pero lo que conocemos como pirotécnica moderna no se desarrolló hasta el siglo XIX, cuando comenzaron a mostrarse en Francia espectáculos de fuegos aéreos, gracias al invento de la carcasa y de los cohetes voladores