A través de una moción de Podemos, que fue aprobada por unanimidad en el pleno de enero, el Ayuntamiento de Pinto se ha comprometido a aumentar la regulación sobre la pirotecnia por el impacto que tiene en personas con TEA, mayores, enfermos y animales. La corporación estudiará crear una ordenanza al respecto, promoverá campañas de concienciación, y estudiará reducir su impacto y uso. 
El Gobierno, sin embargo, recordó la gran aceptación que tienen los fuegos artificiales entre los vecinos, y que la regulación española es mucho más estricta que la de otros países. El concejal de Cultura, Guillermo Portero, dijo haber reducido su impacto en la presente legislatura y defendió su utilización alegando que “jamás” se ha atendido a ningún pinteño por su uso. Asimismo, presentó algunos datos sobre el control que se ha llevado a cabo en los últimos años en el municipio.
En el año 2016, Policía Local denunció a once establecimientos por vender al público de forma irregular 25.324 unidades de pirotecnia que, además, fueron confiscadas. Los mismos comercios fueron sancionados al año siguiente, cuando los agentes incautaron 1.450 unidades. En cambio, en 2018 y 2019, con Guardia Civil haciéndose cargo de los registros, se visitaron los dos únicos establecimientos del municipio con licencia de venta y otros grandes bazares, sin que se encontrase material alguno.
Aunque para el Ejecutivo “Pinto es un claro ejemplo de que pirotecnia, salud y seguridad son posibles”, sí reconoció que provoca “molestias y leves alteraciones” en determinadas personas y animales. Por ello, y en base a su espíritu de “diálogo y participación”, dijo apoyar la propuesta.