Le prometí al Señor que si me sanaba de una dura enfermedad iba a ser una quinta en mi casa y les regalaría la verdura a mis vecinos”, comenta a Info BLANCO SOBRE NEGRO la mujer de 61 años, oriunda de un pequeño poblado del partido de 9 de Julio. Enfermera jubilada, actualmente, produce dulces, conservas y licores, gracias al impulso del Consejo Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). El Paseo del Liceo, y un nuevo desafío para los feriantes.

Cuando se recibió de enfermera profesional a los 47 años, Mónica Leticia Fraticelli (61), oriunda de Patricios, pequeño paraje del partido de 9 de Julio, dedicó sus días a cuidar a enfermos terminales en sus domicilios. No sabía fabricar licores ni conservas, y soslayaba cualquier posibilidad relacionada con vender productos elaborados en una feria.

En el 2012, a la nuevejuliense radicada hace 59 años en La Plata le diagnosticaron una grave enfermedad, que estuvo a punto de hacerle estallar por el aire sus sueños y sus proyectos. Sin embargo, su inquebrantable fe y la confianza en Dios le permitieron superar aquel padecimiento en pocos meses.
“Cuando me descubrieron la enfermedad, le prometí a Dios que si me curaba haría una gran quinta y les regalaría las verduras a mis vecinos”, comenta a Info BLANCOSOBRE NEGRO Mónica, que desde hace tres años es una de las referentes de “El Paseo”, la feria de la economía social y solidaria impulsada por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
¿Cómo cambió su vida luego de haberse sanado de esa enfermedad que tanto la aquejó?
Cumplí mi promesa a Dios. Realicé la quinta y como tuve mucha producción, además, de regalarle a mis vecinos las verduras, decidí realizar un curso de conservas en la ONG Las Mirabal. Fue mi hija, la que me contactó con esta organización, que estaba abocada exclusivamente a las chicas que sufren violencia de género.

¿Y a partir de ahí empezó como feriante?
Realicé el curso de conservas y quedé como profesora. En el 2015, logré jubilarme como “Ama de casa”, gracias a la iniciativa de la entonces presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner, dado que me faltaban algunos años de aportes patronales.
En ese tiempo, la presidenta de las “Las Mirabal” (Flavia Centurión) se acercó al Consejo Social de la Universidad Nacional de La Plata, para que varias compañeras pudieran ingresar al Paseo de la Economía Social y Solidaria y logré entrar. Actualmente, soy referente de la ONG en la feria.

¿Cómo se integra el lugar y cuál es el espíritu reinante?
La feria está compuesta por distintos stands que pertenecen a diversas organizaciones sociales, políticas y/o gremiales que se han vinculado de diferentes maneras con la Casa de Altos Estudios.
Nuestra coordinadora es Soledad Rial, que es directora de Gestión Social del Consejo Social. Yo, a su vez, estoy encargada de ordenar los puestos, reubicar lugares por si a algún compañero le falta o le surgió algún inconveniente. Además, hay encargados del depósito, donde se guardan todas las estructuras móviles de los feriantes, dado que muchos se movilizan en micros o remises.
También hay responsables de cobrar la cuota solidaria a cada feriante que ronda los $20 pesos. Lo que se recauda va destinado a la compra de bienes comunes como mesas, gazebos, pesas, cartelería, packaging, marketing, entre otros.
El Paseo del Liceo, un nuevo lugar para visibilizarse

En el 2008, tras la Reforma del estatuto de la Universidad Nacional de La Plata, donde se reconoció a “la extensión universitaria” en pie de igualdad con la docencia y la investigación, se inició el debate en torno a la creación del Consejo Social.
Dos años más tarde, se creó el Consejo como órgano asesor del Presidente, y fue concebido como un espacio articulador entre la Universidad y la comunidad, con el propósito de dar respuestas a las principales problemáticas sociales de la región.
En ese marco, se realizó un diagnóstico entre los integrantes del Consejo, y se definieron temas prioritarios, entre los cuales estaba el fortalecimiento de la “economía popular, social y solidaria, con espacios permanente de comercialización de los productos artesanales que elaboran las distintas ONGs de la Región.

¿Cuáles son los horarios y los días de funcionamiento?
En el Paseo del Rectorado, estamos los viernes en el horario de 8:30 a 15 horas. Los lunes funcionamos en la Facultad de Ciencias Naturales y el Museo en 122 y 60. Los martes feriamos en el salón de la CTA y a partir del miércoles 14 de noviembre estaremos en el Paseo del Liceo, en la calle 47 entre 4 y 5.
Estamos muy contentos de contar con otro lugar para comercializar nuestros productos, gracias a la oportunidad que nos brindó el Colegio Liceo Víctor Mercante de la UNLP.

¿Qué puede encontrarse en El Paseo?
En la feria se puede encontrar verdura agroecológica de estación, mermeladas, conservas, panificados, licores, plantas, productos veganos, miel, quesos, artesanías, reciclado, lencería, tejidos, blanquearía y accesorios para mascotas.
Respecto a los precios, tratamos de que sean accesibles, en función de nuestras posibilidades. Esto lo podemos hacer porque estamos amparados por la Universidad Nacional de La Plata, que nos otorga esta posibilidad de feriar bajo la concepción de una “economía social y solidaria”.

La venta callejera y los controles
Debajo de un gazebo donde vende sus productos “El Remanso de Moni”, la mujer que dedicó 10 años a cuidar enfermos terminales atiende al público con amabilidad, paciencia y servicio, reminiscencias de su trabajo anterior.
Mónica no es experta respecto a la modificación que sufrió el estatuto de la Universidad Nacional de La Plata en el 2008. Tal vez ni lo haya leído . Sin embargo, sabe que gracias a esa modificación y a la economía social, solidaria y popular que impulsa el Consejo Social , tienen trabajo gran cantidad de productores y emprendedores.
“El apoyo de la Universidad es total; nos abrió las puertas y nos ofreció un lugar para que podamos comercializar lo que producimos, sin tener que andar escapando de los controles policiales”, aclara.

¿En los últimos meses aumentó la cantidad de gente que quiere ser feriante?
Sí. Por ejemplo, hoy se acercaron tres personas con intenciones de sumarse a nuestra feria, pero como eran particulares les explique que acá solamente participamos aquellos que integramos organizaciones civiles y sociales.
El dinero no alcanza, y muchos buscan un segundo o tercer trabajo. Actualmente, las ventas son pocas. La crisis se siente mucho.
 
Final: Es viernes 9 de noviembre y el calor es agobiante en el centro platense. Con una sensación térmica de unos 35 grados, debajo del gazebo donde se comercializan los productos de la feria, la temperatura supera holgadamente los 37.
En la esquina de 7 y 47, el movimiento de micros y de transeúntes es incesante. Mónica observa detenidamente cómo sus compañeros, algunos apesadumbrados por las escasas ventas, comienzan a levantar sus puestos pasadas las 15 horas.
Curtida por el sol del verano y las bajas temperaturas del invierno, la enfermera que se hizo feriante por una promesa a Dios, reflexiona y responde raudamente: “La vida del feriante es dura. Pero estamos motivados a seguir porque es nuestra fuente de trabajo”.

 
 
 
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