Las atracciones de feria han evolucionado mucho en los últimos años, pero hay una que continúa resistiendo el paso del tiempo, y esa es la mítica noria, que se suele instalar en la Alameda de Santiago durante las fiestas de la Ascensión y el Apóstol. En los años 80 era una de las atracciones más llamativas y aunque ahora hay otras más arriesgadas y espectaculares, todavía sigue teniendo muchos adeptos, que años tras año, se suben a ella para disfrutar de Compostela a vista de pájaro. Eso sí, los expertos en la noria recomiendan hacerlo abrigado, aunque sea verano, ya que tan arriba suele refrescar. Otros elementos que permanecen de las fiestas de antes son los puestos de garrapiñadas, de algodón de azúcar o de manzanas de caramelo, así como las tómbolas y el tiro al plato.